
Si tuviera que asociar al upcycling, supra reciclaje en español, con alguna frase, definitivamente escogería “one woman's trash is another woman's treasure”. Y es que de eso se trata, de encontrar tesoros en lo que muchos otros (sea empresas, hombres o mujeres) ven desechos. La definición incluso podemos intuirla al dividir la palabra: UPgrade y reCYCLING, que se traduciría como actualizar y reciclar. Pero en esta composición hay un pequeño problema y es que el upcycling en estricto sentido no es reciclaje, ya que este último requiere de una transformación (sea química, mecánica, biológica o energética) en la que la materia prima pierde su forma original para poder convertirse en una nueva materia prima. Por ejemplo, podemos ver el caso de los textiles que se forman a partir del reciclaje de botellas PET. Mientras que en el upcycling la materia prima únicamente se re-adapta, pero no pasa por un proceso de transformación en el que pierda su aspecto original.

Ahora, ¿por qué es relevante el upcycling en la industria de la moda?. Hay muchas razones, pero la más importante es que prolonga la vida útil de textiles que de otra forma serían desechados, minimizando así la huella ambiental de la industria en el planeta. En esta técnica no sólo se utilizan prendas usadas (de post consumo), pues en la moda hay muchos más desechos de pre consumo como: los sobrantes o retazos que quedan después de cortar, el orillo de los rollos de tela que básicamente es el remate o acabado de una tela que evita que se deshile o incluso el deadstock de textiles o prendas que no se vendieron (que algunas marcas de lujo incineraban para mantener su exclusividad).
Después de esta pequeña introducción al upcycling uno pensaría ¿suena como una gran solución al problema de desechos de la industria de la moda no? y la verdad es que aunque contribuye, no se puede contar con que esta sea la única solución mientras que las demás empresas continúan con el mismo modelo de negocio en el cual el verdadero problema es la sobreproducción. Lo anterior además considerando que no todo es susceptible de supra reciclar, pues el que una prenda esté compuesta por textiles que pudieron ser desperdicios no implica que sea de baja calidad. Entonces, para hacer un buen upcycling no es posible hacer uso de los desechos provenientes de textiles de muy baja calidad, que se deshilan, rompen o les salen motas incluso en su primer uso.
Uno también podría preguntarse si ¿el que una prenda esté compuesta por ropa usada o desperdicios textiles la hace más económica o en cualquier sentido de menor valor? y para mi la respuesta es un NO rotundo, todo lo contrario. La técnica de upcycling requiere de un amplio conocimiento textil, debe integrar un proceso de creatividad, diseño apto para el material que se tiene dispuesto, un cambio en el modelo de negocio desde la búsqueda de proveedores hasta la comunicación para la venta, además que se trata de piezas muy limitadas por lo que requiere de constante cambio e innovación, todo esto sumándole valor al producto final.
Desde small businesses hasta marcas de lujo, hay muchos ejemplos del upcycling en la industria, mis favoritos son:
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Marine Serre: diseñadora de moda francesa que tiene una marca homónima que se dedica a diseñar colecciones a partir del reciclaje y suprareciclaje.
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Martin Margiela: considerado uno de los pioneros del upcycling dentro de la industria de la moda, que aplicaba esta técnica desde 1990 aún cuando no se le conocía como upcycling. Su marca Maison Martin Margiela ahora bajo la dirección creativa de John Galliano incorpora el upcycling dentro de sus pasarelas.
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Rave review: una marca de Estocolmo, muy reciente (creada en 2017), que busca crear prendas high-end a partir del upcycling y del remake.
Para terminar, sólo quisiera agregar que no podemos permitir que el upcycling sea sólo una tendencia por el boom de la necesidad de sostenibilidad que se vió durante la pandemia. Pues aunque no es la única solución, sí es un gran camino hacia una industria más sostenible. Para esto necesitamos diseñadores y empresas de moda comprometidas, consumidores informados, conscientes de lo que compran y con una mentalidad abierta hacia el uso de nuevas técnicas en sus prendas del día a día.